Angel Carranza 1031 , entre Aguirre y Loyola. Barrio de Chacarita.
Imposible pasar frente a esta casa, sin rendirse a su embrujo.
La enamorada del muro, le agrega al estilo, ya casi desaparecido en Buenos Aires, un halo encantador, misterioso, invita a pasar.
La puerta de entrada, con rejas, nos dice "pasá". La segunda puerta, ciega, impone la dureza del hierro, asegurándonos que la intimidad está bien guardada.
Encima de la puerta, está grabado el nombre de la casa: Villa Rufina.¿Quién habrá sido la mujer a quien se dedicó la casa? Dejándose llevar por el cuadradito que muestra la cámara, de reja, hiedra, guardas impecables en torno a la segunda puerta, se plantean mil conjeturas románticas.
Quienes se habrán sentado en ese porche, cuando la cuadra, era más serena de lo que es hoy. Quién habrá regado inevitables rosales y jazmines.
Quien la habite, la cuida, la mantiene en un estupendo estado. Aunque la hiedra trepa frente a la ventana, una marquesina ayuda a agregar sombras.
La enamorada del muro cae sobre el vidrio, como racimos de uvas, el verde crecido entre las rejas, que otrora mostraban el porche, nos impiden ver el diseño total de la ventana, que se insinúa precioso.
Villa Rufina, sobre un solar de 8,66 por 19,29 de fondo, continuará testimoniando, esa hermosa arquitectura que ya casi no se ve.
Fotos de catastro nos permite descubrirla, algo más desnuda en otros años.
Fotos diciembre 2017
© Ana di Cesare
Hermosa casa en la que habitaron por más de 60 años mis tíos abuelos. Manuel Gabriel Saez, bohemio refinado, artista que expresaba su arte en el cuarto de la planta alta al que se llegaba por la escalera del patio. Pinceles, acuarelas, atriles, cuadros algunos sin terminar. Para completar el cuarto, una cama con respaldos metalicos marrones y un acolchado con flores. La radio capilla le permitia escuchar música mientras pintaba o simplemente leía. En la sala de abajo un piano vertical lo esperaba para ejecutar su música y hasta cantar. Había también tocado el bandoneón en un momento de su vida. Un perfecto Inglés y su buena presencia con un frac le permitieron asistir a la realeza, políticos, millonarios y artistas de la época que se alojaban en el Plaza Hotel y necesitaban de sus servicios y de la Western Union para enviar sus mensajes a través del telex. Su hermana María Concepción, dedicada a la alta costura y trabajando para las grandes casas de la época. Ya jubilada, fue quien confeccionó mis primeras camisas y pantalones cortos al igual que los de mis hermanos. El patio que de su medianera pendía una enamorada del muro, contaba con canarios que el mismo reproducía, cardenales, jilgueros y renegridos en sus respectivas jaulas y que el cuidaba con pasión. También no faltaba la cucha para el perro de turno que paseaba todos los días por el barrio. Aguardaban todos los días que el sol comenzara a caer para sacar sus sillas de madera y paja a la calle y así poder ver y conversar con sus vecinos. Don Victor, doña Yudita, Don Garcia el almacenero que se convirtió en el suegro de Alfredo Coto quien pusiera su primera carnicería frente al almacén. Cuando por su edad avanzada fueron a vivir con sus sobrinos, la casa quedó primero en manos de una compañía de colectivos pero muy rapidamente la adquirió Mariana Briski, actriz que falleciera hace unos años y que fue quien la mantuvo en la forma que se puede ver en estas fotos. Gracias por este paseo por una casa de embrujo que para mí tiene un valor incalculable ya que viví parte de la historia muy feliz de mi infancia y adolescencia.
ResponderEliminarMis abuelos estuvieron alquilando esa casa más o menos en 1980, ellos siempre alquilaron en esa zona y se dedicaban a restaurar y construir marcos para cuadros, estilo antiguo sobre todo... Por lo tanto parte de mi infancia la viví ahí, en esa casona que recuerdo decía 1912, ahora cubierto por la Hiedra, y que en esa época no estaba pintada ni tenía el cerramiento de vidrio... En frente hice el preescolar, era una Institución privada, que también enseñaba música... A mitad de cuadra alquilaba el humorista Hugo Varela, entre otros... Tengo los recuerdos muy frescos aún, hasta el olor del jazmín tipo enredadera del patio
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