El arte mural callejero, pone color, significaciones y sorpresa, en los aburridos paredones que arruinan la ciudad.
Me encanta. No puedo pasar frente a uno de ellos, sin detenerme a mirarlo. Todavía no se lo valora en su justa dimensión, por lo que me pregunto en que momento, el artista, se animó a crearlo.
Estas joyas, las encontré en un recorrido que hice por Villa del Parque. En pocas cuadras, paredones del Ferrocarril y de una vieja fábrica pintados con ingenio, me fueron llevando en un viaje maravilloso.
Ojalá, los vecinos aprendan a apreciar el mural y, le permitan sobrevivir, para el disfrute de los vecinos.
© Ana di Cesare
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