Este mural, que apela a la memoria, lleva años en la esquina NE de Quintino Bocayuva y Constitución.
Se mantiene en un estado impecable, porque nadie se atreve a vandalizarlo. Creo que con facilidad, ha cumplido mucho más de una década en esa ochava.
En honor a la verdad, el arte callejero, o urbano se respeta.
En Boedo, hay varios ejemplos.
Este tiene una calidad excepción en su desarrollo.
Los recuadros con los rostros muy nítidos, de los desaparecidos por dictadura que Argentina padeció entre 1976 y 1983, van perdiendo nitidez a medida que se acercan a muerte en los vuelos que los arrojarán al río o al mar, aviones que se transmutan en aves. Quizás haya una lectura espiritual en esa transformación.
El gesto de la mujer tabicada, que se nos presenta en primer plano, no puede ser más impactante.
© Ana di Cesare
23 de octubre de 2020 ( en el año de la Pandemia)
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